Buen viaje, de Javier Palleiro y Guillermo Rocamora
14
Jul
2016
Primer cortometraje uruguayo en competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes, en 2008, Buen viaje marcó el debut de la dupla Javier Palleiro y Guillermo Rocamora en la dirección. Rocamora luego haría su primer largo, Solo, en 2013, producido por Palleiro, quien pasaría también a dirigir, en 2016, su ópera prima, Respirar. Además, ambos coescribieron el corto y los dos largos. Siguiendo los lineamientos de cierto minimalismo estético y narrativo de buena parte del cine uruguayo, Buen viaje se centra en una mujer que atiende un puesto de peaje en una ruta solitaria en Mariscala, cuya población no supera los 1.600 habitantes. Su trabajo es moroso y rutinario: pasan tan pocos autos y camiones por allí que prácticamente conoce a cada conductor. Pero un llamado telefónico la hace entrar en crisis, aunque su jefe -encerrado en su oficina firmando papeles- no parece ni enterarse. ¿Qué habrá pasado? ¿Qué hará Sandra?
Gracias también a la dirección de fotografía de la talentosa Bárbara Alvarez (Whisky, La mujer sin cabeza), el corto consigue involucrarnos, primero, en el incipiente misterio del llamado que quiebra a Sandra de su rutina y luego, cuando sabemos cuál es la noticia, en la sutil tensión de ver qué es lo que la chica hará. Palleiro y Rocamora resuelven todo con poquísimos diálogos, planos largos, un impecable trabajo con el fuera de campo y llamativos silencios que pintan a la perfección la abulia y la rutina del lugar, cortada por el shock del llamado. Los planos de Alvarez -en los que los reflejos de la cabina de peaje juegan un rol importante- no hacen más que demarcar ese lugar como lo que finalmente es: una prisión. La prisión emocional de la rutina.
Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina