Cantos de un río – Laboratorio de Escritura MIDBO 2024
Nov
2024
La 26 MIDBO y su compromiso con el arte, la cultura y la creación audiovisual y narrativa documental, propone espacios para ampliar y fortalecer el conocimiento del documental en todas sus versiones y para todos los públicos. A través del espacio Laboratorio de Escritura sobre Cine Documental, se desarrolló este texto basado en la película Riada de Carlos Tobón Franco.
Primero fue un río.
Me gusta pensar al caudal abundante con un único sonido posible: el del agua danzando entre sí. Hay otros a su alrededor; unas ramas tocándose unas a otras, el canto de algún pájaro sobrevolando, o el de los barequeros que lavan la arena para extraer oro del agua. El río da sustento a todo el que habite su orilla. La corriente de agua funciona como divinidad generosa. Quienes lo rodean, con fe y agradecimiento, lo mantienen vivo.
Pero Carlos Tobón Franco, en Riada, película documental colombo-estadounidense, muestra las complejidades que dañan al río Cauca, la segunda arteria hídrica más importante de Colombia. Tobón ingresa al río y a sus periferias. Con una cámara paciente, disecciona las heridas que la represa Hidroituango, proyecto hidroeléctrico ejecutado sobre el río, dejó en el corazón del agua.
Las heridas sobre el cauce no son nuevas. La intervención en los ríos y, específicamente, la construcción de represas son una forma de ejercer control humano sobre el destino del agua y las costumbres que se tejen alrededor de esta. En ese sentido, fracturar la tierra es destrozar la memoria del territorio y de todos aquellos en sus bordes. La cámara (o el ojo de otro) en el documental nos guía por las ruinas del río. Los escombros son las comunidades que existían junto al agua. Aquellos que sobreviven cuentan las historias sobre el río.
Repasan con su voz las huellas violentas en el agua. Escuchamos los nuevos verbos que habitan el río. Verbos tristes; verbos sin futuro. Somos testigos del resultado de la transmutación del espacio vivo en un campo de fantasmas.
Del río ya no suena el agua. El sonido de una construcción que parece no terminar inunda el territorio. Los ruidos foráneos desplazan a todos aquellos que viven de él.
Ya no se invocan las danzas del agua
Flotan pregustos de un final.
¿Cuál es la voz del río?
Quizá son gritos
que se ahogan
(en-si-mismos).
Lo posible son murmullos de verbos tristes:
desgarrar
desaparecer
desplazar
El río susurra ausencias:
bateas sin dueño
oro sin destino
barequeros sin Dios
(que es el mismo río)
Más verbos dolorosos:
fragmentar
herir
inundar
El río susurra cantos
(que-nadie-escucha)
el cauce entona
palabras
sobre el dolor:
violencia
muerte
abandono
infección
¿Cuál es la nueva voz del río?
(canta-la-muerte)
Tres verbos más:
romper
secar
vaciar
Primero fue el río.
Lo segundo,
(y lo último),
un
para í s o
p e r d i d o.
Escrito por: Kamila Alexandra Acosta
Laboratorio de Escritura MIDBO 2024