Desafíos de la industria cinematográfica para públicos infantiles y juveniles
19
Sep
2018
Por: Festival Internacional de Cine Ojo de Pescado
*En el marco del Séptimo Festival Internacional de Cine Ojo de Pescado, el guionista y director mexicano Jorge Estrada, la directora de ComKids Brasil Beth Carmona, la realizadora colombiana Marcela Rincón, y la Directora de Ojo de Pescado, Alejandra Fritis, revisan los desafíos de la industria cinematográfica para públicos infantiles y juveniles
Lukas Parraguez tiene 10 años, asiste a escuela libre en Valparaíso y hace ya dos años que sube y baja los cerros de su querido puerto movilizado por una magia que lo tiene maravillado: el cine. Tras vivir la experiencia de asistir a talleres y muestras de cine del Festival de Cine Ojo de Pescado, este año, para la séptima edición del certamen, fue invitado a participar como jurado de la Competencia Profesional. Así lo conocimos, brindando entrevista como jurado en pleno Festival. Su lucidez y carisma impresionan. “Es una experiencia muy bonita hacer películas, hacer historias, expresar tus sentimientos, porque el cine no es mostrar, es explicar lo que sientes. A mi el cine me abrió un mundo nuevo de ideas. En el cine soy libre y feliz”, señala. Pero Lukas causa admiración no solo por sus palabras y su talento, sino porque representa a una generación de niños y niñas que plantean un gran desafío a la sociedad: que les conozcan y comprendan. ENFRENTAR LOS DESAFÍOS ¿Cómo escuchar a los niños y niñas? ¿Qué temáticas les preocupan? ¿Qué sueños tienen? Son grandes interrogantes que se hace la industria cinematográfica y televisiva para públicos infantiles y juveniles de Latinoamérica y que se plantean al momento de asumir la tarea de generar contenidos de calidad que logren captar la atención de niños, niñas y jóvenes de hoy. Muy cerca de Lukas encontramos a la colombiana Marcela Rincón, Comunicadora Social con especialización en escritura de guion para cine y televisión. Marcela es directora de proyectos de la productora Fosfenos Media. Ha creado, guionizado y dirigido diversos contenidos infantiles para cine, televisión y otros formatos, entre ellos cuatro temporadas del proyecto transmedia Guillermina y Candelario. Dirigió la serie infantil y juvenil Vivir Juntos y realizó más de 20 piezas documentales y educativas para el programa infantil Plaza Sésamo. En el 2017 estrenó su ópera prima, el largometraje de animación El Libro de Lila, merecedor de diversos reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos a Mejor Largometraje de Animación en el Festival de Cine de la Habana y en el Seattle Film Festival. Marcela, invitada internacional del Festival de Cine Ojo de Pescado, nos explica cuán vital es conocer la mirada de niños y niñas. “Vi a niñas muy conmovidas con un corto en que una niña se revelaba. Todo esto brinda muchas pistas porque permite conocer a niños y niñas. Estos festivales generan espacios de diálogos y permiten generar apreciación y reflexión sobre los contenidos.” Esta visión la comparte también Beth Carmona, Directora General de ComKids Brasil. Beth fue directora y productora del canal público TV Cultura, de Brasil, donde inició un bloque infantil que hizo historia en la televisión infantil brasileña. Desde sus tiempos en televisión, Beth Carmona estableció lazos con varios países, sobre todo con Alemania. Cuando con un grupo de profesionales creó Mediativa, usó esos lazos para acercarse al Festival Prix Jeunesse International (PJI) que se hace en Alemania, “un festival muy importante y que para mí es el Oscar de la televisión infantil”. Posteriormente, y gracias a sus vínculos con el PJI nos contó que ahora es representante del Prix Jeunesse en América Latina, que se realiza cada dos años en Brasil” (el último fue en 2017). Beth está en el 7º Festival Internacional de Cine Ojo de Pescado invitada para exponer en el “Primer Encuentro Internacional sobre Industria del Cine para la Infancia en Latinoamérica” iniciativa pionera organizada por el Área Industria de Ojo de Pescado y también es Jurado de la Competencia Profesional de este certamen. “Es necesario ser muy observador y estar lo más cerca posible a niños y niñas, por eso la creación de contenido audiovisual hecho por la infancia, casi a modo de laboratorio, es muy importante para nosotros los productores y directores; nos sirve como materia prima y material de observación, para así entender y aproximarnos al lenguaje de los niños y niñas y poder comunicarnos con ellos de una manera propositiva y con la intención correcta, pero que al mismo tiempo sea divertida, entregándoles información, calidad, curiosidad y dudas; mostrándoles las cosas que pasan en el mundo de hoy. Por lo tanto, pienso que la formación de un productor o director que realmente quiere invertir en esa área es vital, porque tenemos una responsabilidad inmensa. No es suficiente tener el dinero si no tienes buenas ideas ni eres capaz de desarrollar conceptos al nivel de la edad y de la franja etaria a la que te estás dirigiendo.” Marcela suma al análisis anterior que “hacen falta recursos e interés en desarrollar contenidos para niños. En el cine somos pocos los interesados en hacer películas dirigidas a público infantil, como si existiera una tendencia a subestimar la producción de contenidos infantiles. Lentamente eso está cambiando en Colombia con películas interesantes y con un boom de la televisión infantil a la que se le ha empezado a dar más recursos y más conocimientos para poder hacer más contenidos”. Rincón también nos explica que en Colombia existe un nexo muy fuerte con el cine de animación y el público infantil, lo que incidió en un fortalecimiento de apoyos para cine de animación desde el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia . De hecho, el filme de Marcela El Libro de Lila fue el primer largometraje ganador en ese fondo. Tercer día del festival… Ya es el tercer día del festival y acudimos al encuentro de Jorge Estrada, director y guionista del premiado largometraje animado La Revolución de Juan Escopeta, guionista del largometraje de ficción Por mis bigotes y escritor de nueve libros de literatura infantil. Actualmente imparte el taller Escritura de Guiones para Públicos Infantiles en la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Jorge está en Ojo de Pescado exhibiendo sus filmes, exponiendo en el Encuentro Internacional sobre Industria del Cine para la Infancia en Latinoamérica y se encuentra dictando un Taller de Revisión de Guion. Tras la proyección de su filme La Revolución de Juan Escopeta, Jorge participa de un diálogo con niños y niñas asistentes. Les pregunta a niños si conocen filmes mexicanos y le contestan Coco y el Libro de la Vida que son películas con temática mexicana pero producidas en Estados Unidos. Culminada la función, Jorge nos detalla que en México “el mundo audiovisual para niños está olvidado, no existe apoyo directo, las pocas producciones que se hacen para niños compiten con muchas producciones que se hacen para adultos. Los grandes canales masivos no tienen interés por los niños y si lo tienen, adquieren materiales probados sobre todo en Estados Unidos; pues prefieren comprar contenidos y no producir contenido original. El terreno de la TV está muy restringido y en el cine se produce muy poco para niños y niñas.” Este año de manera inédita el Instituto de Cinematografía de México IMCINE entidad pública, contactó a Jorge, “me dijeron que querían incentivar y promover la creación de contenidos infantiles, entonces imparto un taller para guionistas para mejorar sus proyectos, lanzamos una convocatoria abierta y llegaron 16 proyectos de series, cortos y películas.” Actualmente Jorge se encuentra promoviendo el incremento de la producción de contenidos infantiles en su país, “el gran problema es la distribución, no existe una ventana natural para exhibir contenidos. El cine se ha enfocado solo en pantallas de cinematografía y el año pasado apenas se abrió convocatorias para series de televisión pero aun no se resuelve dónde vamos a poder ver esos proyectos. Hoy en México se producen más de cien películas al año para públicos adultos, pero para público infantil 3 a 4.” En Brasil la realidad no es muy distinta. Beth nos explica que existen 12 canales con programación infantil 24/7 pero con escaso contenido brasileño. “El 80 o 90 % viene de Estados Unidos y otro poco de Europa. Por lo tanto, el estándar cultural que los niños están recibiendo y las maneras de ver y hacer mundo vienen de afuera, lo que no es necesariamente malo, pero no puede ser lo único, porque nosotros en Latinoamérica tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia creatividad y nuestra propia forma de ser. Por ejemplo, que un niño de Chile conozca cómo es la realidad de los niños de Colombia o Brasil tiene una potencia cultural increíble, porque ese niño de Chile puede reconocerse en otros con sus similitudes y diferencias. El mundo hoy es muy diverso y en esta industria audiovisual para la infancia, que hoy crece y se desarrolla, niños y niñas necesitan acceder a diversidad y calidad para que podamos transformar el mundo y hacer de éste un mundo mejor. Los grandes temas de la sociedad actual en el mundo tienen que ver con la diversidad y tienen que ver con que niños y niñas puedan ver su propia realidad. Todas estas realidades deberían tener espacio en la pantalla y no puede ser sólo una realidad, un estereotipo de infancia”. Al escuchar a Beth, recordamos las palabras del Diputado Marcelo Díaz, Presidente de la Comisión de Cultura, que en la inauguración del festival indicó que solo el 2% de la programación de la televisión abierta en Chile está destinada a público infantil y/o juvenil. Es día cuatro de festival y el Salón de Honor del Congreso Nacional por primera vez está transformado en un gran cine ciudadano con sus butacas repletas de más de 400 niños y niñas que han acudido al estreno de cortometrajes hechos por ellos mismos en talleres de cine que el Festival impartió en la ciudad puerto en el primer semestre. DERECHO A CONTENIDOS ADECUADOS Al término de la simbólica función de cine infantil en un espacio reservado tradicionalmente para el mundo adulto, conversamos con la Directora de Ojo de Pescado Alejandra Fritis: “Chile recién comienza a reconocer la importancia del cine y del audiovisual infantil, este cine debe reconocerse no solo como una arista de la industria cinematográfica y televisiva, si no como algo que debe ser garantizado por el Estado porque constituye un modo de resguardo de derechos fundamentales de niños y niñas. Derecho a la recepción de contenidos audiovisuales adecuados a sus edades y contextos, a una educación integral que para serlo debe contemplar los medios audiovisuales y la educación artística, los derechos a la participación y la expresión de opiniones y miradas sobre el mundo. La arista de la industria del cine referida a la niñez debe desarrollarse urgentemente, pero a partir de ese enfoque de derechos y con incentivos por medio de políticas públicas”. Alejandra Fritis continúa su análisis: “Hoy tenemos muy pocas películas chilenas destinadas a la infancia, afortunadamente, se anuncian tres títulos entre 2018 y 2020, uno en live action y dos de animación. La producción televisiva de animación en Chile, casi siempre para infancia, goza de buena salud, pero todavía con gran dependencia de fondos públicos, con escasa incidencia de los canales de televisión nacional y la coproducción en su financiamiento. Pero falta muchísimo, los niños y niñas de Chile ávidos de ver audiovisuales, no cuentan con suficiente contenido nacional ni tampoco latinoamericano y como país perdemos la gran oportunidad de que el cine dialogue con nuestra educación y nuestra cultura y también perdemos opciones de desarrollo de la industria del cine chileno”. COPRODUCCIÓN EN LATINOAMÉRICA La vía de la coproducción es un camino que también vislumbra Jorge Estrada. “Hay que superar esa etapa arcaica en que únicamente acudías a un país a conseguir dinero, pero no involucrabas al otro país en la coproducción. En Latinoamérica somos como islas, no vemos los contenidos propios. Es desolador, siempre hemos ido contra corriente, pero estamos acostumbrados y vale la pena hacer esa lucha. Promover el visionado de películas hechas por otros niños y niñas, promover coproducciones, establecer vínculos. Hago un esfuerzo porque los contenidos sean valiosos, que una película esté bien hecha. Crecí con la idea que lo infantil está mal hecho, es burdo, aburrido. Pero eso no debe ser así, hay que intentar que nuestras obras sean grandes por sí mismas.” Fortalecer la coproducción y ampliar los universos narrativos es la fórmula de Marcela Rincón en Colombia. “La coproducción esta ayudando muchísimo, en especial las coproducciones multiculturales en que varios países de Latinoamérica producen en sus territorios y luego intercambian contenidos; esto abre la perspectiva para ver y conoce un poco más la mirada de los niños. Además es interesante la experiencia interactiva con lógica de multiplataforma, eso se ha vuelto un requisito para llegar a públicos infantiles. Con El libro de Lila sacamos DVD más el libro de la película y tenemos en mente el proyecto del video juego». Para Beth Carmona el trabajo de coproducción es complejo, “porque no es algo simple discutir y debatir. Por ejemplo, la producción de animación es particularmente cara y es muy difícil que un realizador pueda hacerla de forma independiente, así que en ese caso, la coproducción es sumamente necesaria, pero cuando en distintos países existen diversas consideraciones jurídicas e incluso culturales, el proceso se hace más difícil pero no imposible. Los realizadores deben ser flexibles. He tenido experiencias de coproducción internacional y cada caso es distinto, no existe un modelo a seguir”. “Como ejemplo, puedo decir que muchos productores chilenos y colombianos que han ido a ComKids han terminado haciendo coproducciones con argentinos porque se conocieron en actividades realizadas por comKids, así como también producciones brasileñas han sido exhibidas en Argentina. Lamentablemente, durante un largo tiempo Latinoamérica estuvo muy divida y muy cerrada en sus propios países, con muy poco intercambio, pero ahora me doy cuenta que existe bastante coproducción sobre todo en países que comparten el castellano como idioma, algo que es natural porque aún es muy complicado abordar la coproducción con países de idiomas diferentes”. Beth precisa que actualmente en Brasil, “estamos en un momento en que la Agência Nacional do Cinema y el Ministério da Cultura lanzan convocatorias regulares para producciones de cine y series de televisión. Existe una política de cuotas en que obligatoriamente todo canal de televisión privado debe exhibir una cierta cantidad de producciones nacionales, por ley. Eso está funcionando porque la cantidad de material y de producciones nacionales en las pantallas brasileñas aumentó significativamente, en función de una política pública y también de una política fiscal; cualquier empresa que quiera patrocinar a una producción nacional tiene una rebaja de impuestos. Son varios mecanismos que funcionan a la vez, pero todos estos llevan tiempo y crecen poco a poco”. “Pero antes del financiamiento está primero la formación. Tenemos que producir mucho para aprender, crecer y poder entrar a competir a un mercado que es demasiado grande, porque el mercado de producción infantil en el mundo es gigante; hoy es uno de los mercados más potentes dentro de la industria audiovisual. Desde hace unos ocho años hasta ahora América Latina empieza a despertar y a creer en la industria cultural de cine y televisión para niños y niñas. Los gobiernos también han empezado a comprender la importancia de apoyar a esta industria e invertir en ella, y así empiezan a aparecer convocatorias y concursos para producciones de series infantiles, que hoy ya existen en Colombia y Argentina, pero todavía tenemos que apoyar la producción independiente porque esa producción que trabaja exclusivamente para niños y niñas es muy pequeña, y para competir en ese mercado, que está en el mundo entero, es necesario tener un nivel de excelencia en calidad muy alto”, señala Beth Carmona. FESTIVALES DE CINE INFANTIL Y JUVENIL Es día siete de festival. Miles de niños, niñas y jóvenes han acudido a ver lo que Ojo de Pescado llama “Cine Para cambiar El Mundo”. La lluvia y el frío del invierno en Valparaíso, se han transformado en magia, talento y creatividad en la pantalla grande. Nada detiene la curiosidad por conocer el cine que no habita las salas comerciales. Jorge Estrada nos dice que “un festival como este contagia pasión, es una ocasión ideal para descubrir que somos un grupo que no debe rendirse ante los intereses comerciales de un capitalismo voraz que hasta nos arrebata contenidos.” Para Marcela Rincón, “un festival es la antesala de Industria. Es fundamental porque reúne trabajos de todo el mundo y uno como directora puede tener perspectiva de lo que se está produciendo en otras partes y se genera un encuentro con profesionales que están alimentándose con lo que está pasando y eso ayuda a la generación de nuevas historias. Es inspiración total y una ocasión de visibilización ante la sociedad que es muy importante”. Por su parte Beth Carmona, considera que “lo positivo de los festivales, además del intercambio cultural, es ese momento que llamamos media literacy (alfabetización mediática), que tiene una gran importancia en el intercambio de experiencias y aprendizajes, principalmente para lo que nosotros llamamos “la formación del observar”. Hoy, en un mundo mediatizado donde principalmente niños, niñas y jóvenes tienen acceso a múltiples pantallas como las de la calle o sus celulares y están recibiendo material audiovisual todo el tiempo, los festivales son espacios de aprendizaje donde se aprende a observar, escoger y definir donde está la calidad y dónde está la basura. La capacidad de elegir hoy es inmensa, por lo tanto tenemos que formar a niños, niñas y jóvenes para que sean públicos activos y buenos en el observar”. “Los festivales entregan momentos únicos para ver obras que muchas veces no son comerciales ni están en el mercado. Necesitamos entrenar esa capacidad de observar y formarnos como buenos productores y directores. Por eso los festivales tienen cada vez más importancia para ayudar a los niños, niñas y jóvenes del mundo, un mundo 100% mediatizado y que hoy es audiovisual. Entender este lenguaje y saber utilizarlo a nuestro favor es de suma importancia”. Lukas Parraguez ajusta su boina para que el viento de la ciudad puerto no se la arrebate. Es imposible borrar la sonrisa en su rostro. Días y días de cine en Ojo de Pescado lo tienen feliz y aprendiendo mucho según nos explica. Lo observamos concentrado en sus apuntes junto al resto de los integrantes del jurado. Lukas es la infancia que fascina y sorprende a Beth, Mónica, Alejandra y Jorge.
Lukas Parraguez tiene 10 años, asiste a escuela libre en Valparaíso y hace ya dos años que sube y baja los cerros de su querido puerto movilizado por una magia que lo tiene maravillado: el cine. Tras vivir la experiencia de asistir a talleres y muestras de cine del Festival de Cine Ojo de Pescado, este año, para la séptima edición del certamen, fue invitado a participar como jurado de la Competencia Profesional. Así lo conocimos, brindando entrevista como jurado en pleno Festival. Su lucidez y carisma impresionan. “Es una experiencia muy bonita hacer películas, hacer historias, expresar tus sentimientos, porque el cine no es mostrar, es explicar lo que sientes. A mi el cine me abrió un mundo nuevo de ideas. En el cine soy libre y feliz”, señala. Pero Lukas causa admiración no solo por sus palabras y su talento, sino porque representa a una generación de niños y niñas que plantean un gran desafío a la sociedad: que les conozcan y comprendan. ENFRENTAR LOS DESAFÍOS ¿Cómo escuchar a los niños y niñas? ¿Qué temáticas les preocupan? ¿Qué sueños tienen? Son grandes interrogantes que se hace la industria cinematográfica y televisiva para públicos infantiles y juveniles de Latinoamérica y que se plantean al momento de asumir la tarea de generar contenidos de calidad que logren captar la atención de niños, niñas y jóvenes de hoy. Muy cerca de Lukas encontramos a la colombiana Marcela Rincón, Comunicadora Social con especialización en escritura de guion para cine y televisión. Marcela es directora de proyectos de la productora Fosfenos Media. Ha creado, guionizado y dirigido diversos contenidos infantiles para cine, televisión y otros formatos, entre ellos cuatro temporadas del proyecto transmedia Guillermina y Candelario. Dirigió la serie infantil y juvenil Vivir Juntos y realizó más de 20 piezas documentales y educativas para el programa infantil Plaza Sésamo. En el 2017 estrenó su ópera prima, el largometraje de animación El Libro de Lila, merecedor de diversos reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos a Mejor Largometraje de Animación en el Festival de Cine de la Habana y en el Seattle Film Festival. Marcela, invitada internacional del Festival de Cine Ojo de Pescado, nos explica cuán vital es conocer la mirada de niños y niñas. “Vi a niñas muy conmovidas con un corto en que una niña se revelaba. Todo esto brinda muchas pistas porque permite conocer a niños y niñas. Estos festivales generan espacios de diálogos y permiten generar apreciación y reflexión sobre los contenidos.” Esta visión la comparte también Beth Carmona, Directora General de ComKids Brasil. Beth fue directora y productora del canal público TV Cultura, de Brasil, donde inició un bloque infantil que hizo historia en la televisión infantil brasileña. Desde sus tiempos en televisión, Beth Carmona estableció lazos con varios países, sobre todo con Alemania. Cuando con un grupo de profesionales creó Mediativa, usó esos lazos para acercarse al Festival Prix Jeunesse International (PJI) que se hace en Alemania, “un festival muy importante y que para mí es el Oscar de la televisión infantil”. Posteriormente, y gracias a sus vínculos con el PJI nos contó que ahora es representante del Prix Jeunesse en América Latina, que se realiza cada dos años en Brasil” (el último fue en 2017). Beth está en el 7º Festival Internacional de Cine Ojo de Pescado invitada para exponer en el “Primer Encuentro Internacional sobre Industria del Cine para la Infancia en Latinoamérica” iniciativa pionera organizada por el Área Industria de Ojo de Pescado y también es Jurado de la Competencia Profesional de este certamen. “Es necesario ser muy observador y estar lo más cerca posible a niños y niñas, por eso la creación de contenido audiovisual hecho por la infancia, casi a modo de laboratorio, es muy importante para nosotros los productores y directores; nos sirve como materia prima y material de observación, para así entender y aproximarnos al lenguaje de los niños y niñas y poder comunicarnos con ellos de una manera propositiva y con la intención correcta, pero que al mismo tiempo sea divertida, entregándoles información, calidad, curiosidad y dudas; mostrándoles las cosas que pasan en el mundo de hoy. Por lo tanto, pienso que la formación de un productor o director que realmente quiere invertir en esa área es vital, porque tenemos una responsabilidad inmensa. No es suficiente tener el dinero si no tienes buenas ideas ni eres capaz de desarrollar conceptos al nivel de la edad y de la franja etaria a la que te estás dirigiendo.” Marcela suma al análisis anterior que “hacen falta recursos e interés en desarrollar contenidos para niños. En el cine somos pocos los interesados en hacer películas dirigidas a público infantil, como si existiera una tendencia a subestimar la producción de contenidos infantiles. Lentamente eso está cambiando en Colombia con películas interesantes y con un boom de la televisión infantil a la que se le ha empezado a dar más recursos y más conocimientos para poder hacer más contenidos”. Rincón también nos explica que en Colombia existe un nexo muy fuerte con el cine de animación y el público infantil, lo que incidió en un fortalecimiento de apoyos para cine de animación desde el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia . De hecho, el filme de Marcela El Libro de Lila fue el primer largometraje ganador en ese fondo. Tercer día del festival… Ya es el tercer día del festival y acudimos al encuentro de Jorge Estrada, director y guionista del premiado largometraje animado La Revolución de Juan Escopeta, guionista del largometraje de ficción Por mis bigotes y escritor de nueve libros de literatura infantil. Actualmente imparte el taller Escritura de Guiones para Públicos Infantiles en la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Jorge está en Ojo de Pescado exhibiendo sus filmes, exponiendo en el Encuentro Internacional sobre Industria del Cine para la Infancia en Latinoamérica y se encuentra dictando un Taller de Revisión de Guion. Tras la proyección de su filme La Revolución de Juan Escopeta, Jorge participa de un diálogo con niños y niñas asistentes. Les pregunta a niños si conocen filmes mexicanos y le contestan Coco y el Libro de la Vida que son películas con temática mexicana pero producidas en Estados Unidos. Culminada la función, Jorge nos detalla que en México “el mundo audiovisual para niños está olvidado, no existe apoyo directo, las pocas producciones que se hacen para niños compiten con muchas producciones que se hacen para adultos. Los grandes canales masivos no tienen interés por los niños y si lo tienen, adquieren materiales probados sobre todo en Estados Unidos; pues prefieren comprar contenidos y no producir contenido original. El terreno de la TV está muy restringido y en el cine se produce muy poco para niños y niñas.” Este año de manera inédita el Instituto de Cinematografía de México IMCINE entidad pública, contactó a Jorge, “me dijeron que querían incentivar y promover la creación de contenidos infantiles, entonces imparto un taller para guionistas para mejorar sus proyectos, lanzamos una convocatoria abierta y llegaron 16 proyectos de series, cortos y películas.” Actualmente Jorge se encuentra promoviendo el incremento de la producción de contenidos infantiles en su país, “el gran problema es la distribución, no existe una ventana natural para exhibir contenidos. El cine se ha enfocado solo en pantallas de cinematografía y el año pasado apenas se abrió convocatorias para series de televisión pero aun no se resuelve dónde vamos a poder ver esos proyectos. Hoy en México se producen más de cien películas al año para públicos adultos, pero para público infantil 3 a 4.” En Brasil la realidad no es muy distinta. Beth nos explica que existen 12 canales con programación infantil 24/7 pero con escaso contenido brasileño. “El 80 o 90 % viene de Estados Unidos y otro poco de Europa. Por lo tanto, el estándar cultural que los niños están recibiendo y las maneras de ver y hacer mundo vienen de afuera, lo que no es necesariamente malo, pero no puede ser lo único, porque nosotros en Latinoamérica tenemos nuestra propia cultura, nuestra propia creatividad y nuestra propia forma de ser. Por ejemplo, que un niño de Chile conozca cómo es la realidad de los niños de Colombia o Brasil tiene una potencia cultural increíble, porque ese niño de Chile puede reconocerse en otros con sus similitudes y diferencias. El mundo hoy es muy diverso y en esta industria audiovisual para la infancia, que hoy crece y se desarrolla, niños y niñas necesitan acceder a diversidad y calidad para que podamos transformar el mundo y hacer de éste un mundo mejor. Los grandes temas de la sociedad actual en el mundo tienen que ver con la diversidad y tienen que ver con que niños y niñas puedan ver su propia realidad. Todas estas realidades deberían tener espacio en la pantalla y no puede ser sólo una realidad, un estereotipo de infancia”. Al escuchar a Beth, recordamos las palabras del Diputado Marcelo Díaz, Presidente de la Comisión de Cultura, que en la inauguración del festival indicó que solo el 2% de la programación de la televisión abierta en Chile está destinada a público infantil y/o juvenil. Es día cuatro de festival y el Salón de Honor del Congreso Nacional por primera vez está transformado en un gran cine ciudadano con sus butacas repletas de más de 400 niños y niñas que han acudido al estreno de cortometrajes hechos por ellos mismos en talleres de cine que el Festival impartió en la ciudad puerto en el primer semestre. DERECHO A CONTENIDOS ADECUADOS Al término de la simbólica función de cine infantil en un espacio reservado tradicionalmente para el mundo adulto, conversamos con la Directora de Ojo de Pescado Alejandra Fritis: “Chile recién comienza a reconocer la importancia del cine y del audiovisual infantil, este cine debe reconocerse no solo como una arista de la industria cinematográfica y televisiva, si no como algo que debe ser garantizado por el Estado porque constituye un modo de resguardo de derechos fundamentales de niños y niñas. Derecho a la recepción de contenidos audiovisuales adecuados a sus edades y contextos, a una educación integral que para serlo debe contemplar los medios audiovisuales y la educación artística, los derechos a la participación y la expresión de opiniones y miradas sobre el mundo. La arista de la industria del cine referida a la niñez debe desarrollarse urgentemente, pero a partir de ese enfoque de derechos y con incentivos por medio de políticas públicas”. Alejandra Fritis continúa su análisis: “Hoy tenemos muy pocas películas chilenas destinadas a la infancia, afortunadamente, se anuncian tres títulos entre 2018 y 2020, uno en live action y dos de animación. La producción televisiva de animación en Chile, casi siempre para infancia, goza de buena salud, pero todavía con gran dependencia de fondos públicos, con escasa incidencia de los canales de televisión nacional y la coproducción en su financiamiento. Pero falta muchísimo, los niños y niñas de Chile ávidos de ver audiovisuales, no cuentan con suficiente contenido nacional ni tampoco latinoamericano y como país perdemos la gran oportunidad de que el cine dialogue con nuestra educación y nuestra cultura y también perdemos opciones de desarrollo de la industria del cine chileno”. COPRODUCCIÓN EN LATINOAMÉRICA La vía de la coproducción es un camino que también vislumbra Jorge Estrada. “Hay que superar esa etapa arcaica en que únicamente acudías a un país a conseguir dinero, pero no involucrabas al otro país en la coproducción. En Latinoamérica somos como islas, no vemos los contenidos propios. Es desolador, siempre hemos ido contra corriente, pero estamos acostumbrados y vale la pena hacer esa lucha. Promover el visionado de películas hechas por otros niños y niñas, promover coproducciones, establecer vínculos. Hago un esfuerzo porque los contenidos sean valiosos, que una película esté bien hecha. Crecí con la idea que lo infantil está mal hecho, es burdo, aburrido. Pero eso no debe ser así, hay que intentar que nuestras obras sean grandes por sí mismas.” Fortalecer la coproducción y ampliar los universos narrativos es la fórmula de Marcela Rincón en Colombia. “La coproducción esta ayudando muchísimo, en especial las coproducciones multiculturales en que varios países de Latinoamérica producen en sus territorios y luego intercambian contenidos; esto abre la perspectiva para ver y conoce un poco más la mirada de los niños. Además es interesante la experiencia interactiva con lógica de multiplataforma, eso se ha vuelto un requisito para llegar a públicos infantiles. Con El libro de Lila sacamos DVD más el libro de la película y tenemos en mente el proyecto del video juego». Para Beth Carmona el trabajo de coproducción es complejo, “porque no es algo simple discutir y debatir. Por ejemplo, la producción de animación es particularmente cara y es muy difícil que un realizador pueda hacerla de forma independiente, así que en ese caso, la coproducción es sumamente necesaria, pero cuando en distintos países existen diversas consideraciones jurídicas e incluso culturales, el proceso se hace más difícil pero no imposible. Los realizadores deben ser flexibles. He tenido experiencias de coproducción internacional y cada caso es distinto, no existe un modelo a seguir”. “Como ejemplo, puedo decir que muchos productores chilenos y colombianos que han ido a ComKids han terminado haciendo coproducciones con argentinos porque se conocieron en actividades realizadas por comKids, así como también producciones brasileñas han sido exhibidas en Argentina. Lamentablemente, durante un largo tiempo Latinoamérica estuvo muy divida y muy cerrada en sus propios países, con muy poco intercambio, pero ahora me doy cuenta que existe bastante coproducción sobre todo en países que comparten el castellano como idioma, algo que es natural porque aún es muy complicado abordar la coproducción con países de idiomas diferentes”. Beth precisa que actualmente en Brasil, “estamos en un momento en que la Agência Nacional do Cinema y el Ministério da Cultura lanzan convocatorias regulares para producciones de cine y series de televisión. Existe una política de cuotas en que obligatoriamente todo canal de televisión privado debe exhibir una cierta cantidad de producciones nacionales, por ley. Eso está funcionando porque la cantidad de material y de producciones nacionales en las pantallas brasileñas aumentó significativamente, en función de una política pública y también de una política fiscal; cualquier empresa que quiera patrocinar a una producción nacional tiene una rebaja de impuestos. Son varios mecanismos que funcionan a la vez, pero todos estos llevan tiempo y crecen poco a poco”. “Pero antes del financiamiento está primero la formación. Tenemos que producir mucho para aprender, crecer y poder entrar a competir a un mercado que es demasiado grande, porque el mercado de producción infantil en el mundo es gigante; hoy es uno de los mercados más potentes dentro de la industria audiovisual. Desde hace unos ocho años hasta ahora América Latina empieza a despertar y a creer en la industria cultural de cine y televisión para niños y niñas. Los gobiernos también han empezado a comprender la importancia de apoyar a esta industria e invertir en ella, y así empiezan a aparecer convocatorias y concursos para producciones de series infantiles, que hoy ya existen en Colombia y Argentina, pero todavía tenemos que apoyar la producción independiente porque esa producción que trabaja exclusivamente para niños y niñas es muy pequeña, y para competir en ese mercado, que está en el mundo entero, es necesario tener un nivel de excelencia en calidad muy alto”, señala Beth Carmona. FESTIVALES DE CINE INFANTIL Y JUVENIL Es día siete de festival. Miles de niños, niñas y jóvenes han acudido a ver lo que Ojo de Pescado llama “Cine Para cambiar El Mundo”. La lluvia y el frío del invierno en Valparaíso, se han transformado en magia, talento y creatividad en la pantalla grande. Nada detiene la curiosidad por conocer el cine que no habita las salas comerciales. Jorge Estrada nos dice que “un festival como este contagia pasión, es una ocasión ideal para descubrir que somos un grupo que no debe rendirse ante los intereses comerciales de un capitalismo voraz que hasta nos arrebata contenidos.” Para Marcela Rincón, “un festival es la antesala de Industria. Es fundamental porque reúne trabajos de todo el mundo y uno como directora puede tener perspectiva de lo que se está produciendo en otras partes y se genera un encuentro con profesionales que están alimentándose con lo que está pasando y eso ayuda a la generación de nuevas historias. Es inspiración total y una ocasión de visibilización ante la sociedad que es muy importante”. Por su parte Beth Carmona, considera que “lo positivo de los festivales, además del intercambio cultural, es ese momento que llamamos media literacy (alfabetización mediática), que tiene una gran importancia en el intercambio de experiencias y aprendizajes, principalmente para lo que nosotros llamamos “la formación del observar”. Hoy, en un mundo mediatizado donde principalmente niños, niñas y jóvenes tienen acceso a múltiples pantallas como las de la calle o sus celulares y están recibiendo material audiovisual todo el tiempo, los festivales son espacios de aprendizaje donde se aprende a observar, escoger y definir donde está la calidad y dónde está la basura. La capacidad de elegir hoy es inmensa, por lo tanto tenemos que formar a niños, niñas y jóvenes para que sean públicos activos y buenos en el observar”. “Los festivales entregan momentos únicos para ver obras que muchas veces no son comerciales ni están en el mercado. Necesitamos entrenar esa capacidad de observar y formarnos como buenos productores y directores. Por eso los festivales tienen cada vez más importancia para ayudar a los niños, niñas y jóvenes del mundo, un mundo 100% mediatizado y que hoy es audiovisual. Entender este lenguaje y saber utilizarlo a nuestro favor es de suma importancia”. Lukas Parraguez ajusta su boina para que el viento de la ciudad puerto no se la arrebate. Es imposible borrar la sonrisa en su rostro. Días y días de cine en Ojo de Pescado lo tienen feliz y aprendiendo mucho según nos explica. Lo observamos concentrado en sus apuntes junto al resto de los integrantes del jurado. Lukas es la infancia que fascina y sorprende a Beth, Mónica, Alejandra y Jorge.