Entrevista a Daniel Márquez, director de cine y sonidista
Ago
2020
Daniel Márquez cursó estudios en la Facultad de Ingeniería. Estuvo vinculado durante años a la Cinemateca Uruguaya y fue integrante de la Productora Imágenes. Participó en diversos cursos y talleres de especialización cinematográfica; fue docente de cursos de cine y video. Como sonidista, editor y postproductor, Márquez ha participado de buena parte de la producción audiovisual uruguaya de los últimos 40 años. Fue director de sonido de películas como El baño del papa, Hit y Niños de Cine, disponibles en Retina Latina.
Retina Latina: El cine nació mudo, y hasta el día de hoy es común que las personas le otorguen más importancia a lo que se ve, que a lo que se escucha en un contenido audiovisual. ¿Cuáles son los aportes estéticos y narrativos que el sonido le hace al cine?
Daniel Marquez. Efectivamente los orígenes silentes del cine marcaron toda una época en su evolución y en el poder de comunicación de la imagen, lo que obligó al desarrollo expresivo de esta última. La fotografía y el montaje cinematográficos nacieron con el cine mudo. En su inicio el sonido llega al cine como una novedad técnica contribuyendo a la narración, básicamente diálogos y música. Con el transcurso del tiempo el sonido fue recorriendo su propio camino de experimentación aportando en otros niveles: aparecen los ambientes y atmósferas sonoras, los “fuera de cuadro”, los contrapuntos sonoros, a tal punto que lo que escuchamos no corresponde necesariamente a lo que vemos. La experiencia de ver una película se complejiza, el público va desarrollando una percepción distinta, se va formando como espectador de un nuevo lenguaje: el cine.
Retina Latina ¿Como identifica estos aportes en la película uruguaya Vida a Bordo?
Daniel Marquez: Vida a Bordo (2018), dirigida por Emiliano Mazza De Luca y con sonido de Daniel Yafalián, tiene una banda sonora muy compleja y expresiva. El diseño de sonido integra muy bien los ambientes y los efectos con la música, en un continuo sonoro multidimensional. En ciertas escenas, la música emplea sonidos capturados en el rodaje, los utiliza como “samples”, como insumos sonoros para la composición musical. En varios aspectos nos recuerda la película Leviathan (2012), de Lucien Castaing-Taylor y Verena Paravel.
Retina Latina: ¿Cómo se define «banda sonora»? ¿Cual es la relación entre música y diseño de sonido para la construcción de sentido en el cine?
Daniel Marquez: Banda sonora es toda la construcción artística y técnica respecto del sonido de una película. Es responsabilidad del director -o diseñador- de sonido. Como toda obra de carácter artístico, utiliza recursos técnicos para comunicar ideas y emociones. La música es clave en la construcción de una película, es un elemento que llega directa y rápidamente a la sensibilidad del espectador. Transita zonas de memoria auditiva, de etapas y momentos de su vida. Puede apoyar un sentido que el director y su obra pretenden dar, o por el contrario, sacar al espectador de lo predecible, llevarlo a zonas incómodas que le generen molestia o temor. Toda decisión -respecto de la música- en cualquier sentido deberá tener un objetivo; si no fuera explícito y buscado, igual jugará a favor o en contra de lo que se quiere comunicar.
Retina Latina: usted mencionó también Río de los pájaros pintados y La Redota como obras que tienen un trabajo de sonido destacable. ¿Que aspectos destacarías de cada una?
Daniel Marquez: Río de los pájaros pintados (2009), con dirección de Marcelo Casacuberta y diseño de sonido de Daniel Yafalián, nos hace viajar por el río Uruguay, recorrer su cauce conociendo su flora y fauna, especialmente sus aves. El trabajo de sonido implicó recrear todos los sonidos ambientes y los cantos de las aves, material que no fue capturado en el rodaje. El resultado es un diseño sonoro que nos acompaña durante todo el recorrido, aportando una maravillosa atmósfera sonora.
Por otro lado, Artigas. La Redota (2011), con dirección de César Charlone y diseño de sonido de Fabián Oliver tuvo el reto de ser una película de recreación de época ya que su trama se desarrolla a comienzos del siglo diecinueve. La película tiene un excelente registro de diálogos a pesar de lo complejo de las situaciones del entorno y las condiciones de captura; mayormente exteriores en el campo con muchas personas y animales participando de las escenas. Los sonidos ambiente del campo son muy logrados; toda la fauna y la flora son protagonistas de la banda sonora de esta película.
Retina Latina: Usted fue responsable por el diseño de sonido de El baño del papa y Hit, que están en Retina. ¿Que aspectos o curiosidades del trabajo de sonido de estas películas le gustaría compartir con nuestros lectores?
Daniel Marquez: De El baño del Papa (2007), César Charlone y Enrique Fernández, podemos destacar la necesidad de contar una historia con actores en su mayoría no profesionales, gente del lugar sin experiencia actoral. Algunas de esas voces fueron un reto en la captura, tanto en su dicción y emisión de la voz, como en los acentos fronterizos, un “portuñol” muy característico de la zona. En toda película es imprescindible que se entiendan todos los diálogos, que el espectador no se pierda ninguna línea. También la música colaboró en esa atmósfera fronteriza.
En Hit (2008), de Claudia Abend y Adriana Loeff, partimos de un proyecto de tesis universitaria de las directoras, rodado en video hasta llegar a un importante estreno en fílmico en todo el país, con un gran número de espectadores.
El desafío principal fue trabajar con entrevistas -filmadas por nosotros- y material de archivo de diversas calidades y orígenes. Como toda película cuyo tema es la música, es imprescindible que ésta sea un disfrute: es nuestro protagonista principal y debe ser tratado como tal.