Exiliados abre con un registro audiovisual casero donde la directora Mariana Viñoles recuerda las imágenes de su hogar en Bélgica cuando tuvo irse a dicho país huyendo de la crisis bancaria del Uruguay en el año 2002. A partir de dicho episodio y a raíz de un viaje de retorno -después de cinco años de exilio- acompañamos de Viñoles a su país de origen en la reconstrucción de su historia familiar y los efectos migración forzada. Durante su viaje de regreso al Uruguay, Viñoles se reencuentra con sus hermanos en España – también exiliados- y a través de entrevistas recoge las experiencias y los sentimientos más íntimos de sus familiares. Cuando finalmente, la directora aterriza en su país, encuentra que su padre prepara en secreto un viaje a Venezuela, dejando una nota con un “ya vuelvo” y se va. En este punto, inicia una nueva historia que recuerda las fracturas familiares pero también le dan a la directora un nuevo pretexto para contar la historia de lo que habían vivido ella y sus hermanos durante el exilio económico. Con material de archivo que fue grabado simplemente para registrar la vida cotidiana de la directora y de sus visitas familiares en Europa, Viñoles arma una historia sobre la migración forzada, sobre la familia, sobre las dificultades que suponen el desarraigo y el anhelo de las raíces. Las imágenes -que se acompañan con una voz en off en tono epistolar-, reflejan los aprendizajes de la directora obtenidos a través de su viaje y de su exilio