Kuychi Pucha, de Carlos Fuérez
Jul
2017
La evocación de un fantasma y la constatación de una ausencia; estas son las coordenadas que definen esta pieza breve y cándida en la que una niña siente la falta de su madre.
La lana será el material concreto que suscita en la niña el recuerdo de su madre; la misma que abriga a hombres y mujeres es aquí también lo que precipita la experiencia de la falta. La niña recordará a su madre, luego, tal vez ya en un sueño o en alguna modalidad de trance, seguirá el despliegue de un kilométrico hilo de lana hasta llegar a un estanque donde el agua y los colores reflejan el color del cielo. La magia cromática de la indumentaria artesanal no es otra cosa que un cruce entre el cielo y los tejidos.
Pero en este lugar, quizás encantado, tendrá lugar además otro tipo de encuentro. El mundo de los muertos y el de los vivos quizás puedan ser menos inconmensurables en los sueños. Sueño o viaje espiritual, la niña no dejará de anhelar encontrarse con su madre; el gran mérito del director Carlos Fuérez pasará por retratar la desolación de esa niña y encontrar variaciones situacionales para reforzar la percepción de pérdida.
Una decisión tardía en el relato dice algo más; se introduce un imaginario religioso. La metafísica aludida en el relato es demasiado difusa para identificar su origen; la apelación es de índole universal, o al menos así se pretende: aparentemente, hay un mundo más allá del de los vivos.
Más allá de esta ingenua, pero no necesariamente inocua forma de mirar el mundo, Kuychi Pucha consigue resultados cinematográficos más venerables cuando se detiene a observar el mundo circundante. En la contundencia del paisaje y la evidente relación de los tejidos con el ecosistema –mérito del cineasta, que intenta detenerse y mirar atentamente el fundamento naturalista de su cultura–, la película se robustece. (El título original significa “Lana de arco iris”. Es bastante lógico entender la relación entre esos dos términos: cualquier cultura es hija de la naturaleza). El trayecto de la niña hasta la cascada de Peguche es lo mejor que tiene el film para ofrecer. Allí hay cine, más que un mensaje.
Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina