La cerca, de Rubén Mendoza
14
Jul
2016
Parte importante de la renovación generacional en el cine colombiano, Rubén Mendoza llegó a la competencia de la sección Cinéfondation del Festival de Cannes en 2005 con su segundo cortometraje, La cerca, que deja entrever muchos de los temas que se verían en sus siguientes films, La sociedad del semáforo y Tierra en la lengua, entre otros. El realizador -que suele trabajar como editor en las películas de Luis Ospina desde La desazón suprema hasta la actualidad- presenta en La cerca una tensa situación familiar, entre un padre y su hijo, que se manifiesta primero a través de sueños pero luego pasa a los hechos concretos, cuando ambos se reencuentran después de mucho tiempo, inician una conversación y surge una disputa, en principio, en relación a la cerca que da título al film -que debería destruirse al cumplirse los diez años de la muerte de la madre, según ella dejó escrito en su testamento- que luego deriva, ayudada por la ingesta de alcohol, en enfrentamientos más agresivos.
Violencia, alcohol y tensas relaciones familiares en zonas rurales son los temas también de Tierra en la lengua, sólo que aquí se imponen con una lógica que está siempre a mitad de camino entre el realismo y lo onírico. Como en aquel film, también, el ojo está centrado en los personajes, aun a riesgo de cierta dispersión o confusión narrativa. Y ambas tienen en común la pesadillesca atmósfera. La sensación persistente de que la violencia -en el ámbito íntimo y también en el político- son caminos de los que muchas veces cuesta apartarse y salir indemne.
Por Diego Lerer, de OtrosCines.com, para Retina Latina