Ligerita, de Mariana Rodríguez
25
Abr
2016
En 2003 Mariana Rodríguez -que con el tiempo se consolidaría como una de las montajistas más importantes del cine mexicano gracias a sus trabajos con directores como Fernando Eimbcke, Diego Luna y Luis Estrada- dirigió esta tragicomedia absurda y delirante sobre una joven (Edwarda Gurrola) que compra un arma con la idea de matar a su amante (Jorge Zárate). Los motivos no estarán demasiado claros en medio de la catarata de reproches, en la acumulación de frustraciones y en los malosentendidos que afloran en el caótico y contradictorio diálogo entre ambos.
Rodríguez hace un buen uso del plano secuencia con cámara en mano, del punto de vista y de la edición vertiginosa para exponer toda la velocidad y la tensión de los hechos. Le alcanzan menos de seis minutos, un par de locaciones y dos personajes (por allí aparecen también un vendedor de armas interpretado por Osvaldo Benavides y un par de extras en el restaurante) para resolver este pequeño ensayo sobre la confusión, los sinsentidos, los excesos y las ridiculeces del amor.
Este cortometraje concebido en el marco de la formación académica contó con la colaboración en el guión de Paula Markovitch (El premio).
Por Diego Batlle, de OtrosCines.com, para Retina Latina