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Mariana, Mariana, de Alberto Isaac

16

Jun
2016

Esta transposición de la novela corta Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, a cargo del talentoso Vicente Leñero, está ambientada en dos momentos y lugares emblemáticos de la historia mexicana.

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Esta transposición de la novela corta «Las batallas en el desierto», de José Emilio Pacheco, a cargo del talentoso Vicente Leñero, está ambientada en dos momentos y lugares emblemáticos de la historia mexicana. La acción arranca con la llegada de Carlitos (Pedro Armendáriz Jr.) al funeral de su padre, en un DF que todavía muestra la devastación del terremoto de 1985 (las viejas casonas son demolidas para la construcción de edificios) y con un caos de tránsito que hace estragos. El protagonista se reencuentra allí con un compañero de colegio y ese será el punto de partida para que la película -contada con permanentes flashbacks- nos lleve al barrio Colonia Roma de 1948. En ese pasado de familias acomodadas que empiezan a disfrutar de la modernidad (hay varios pasajes en los que prueban nuevos electrodomésticos) veremos no sólo la dinámica escolar de Carlitos (Luis Mario Quiroz), por entonces de diez años, sino también la relación con su mejor amigo, Jim (Juan Carlos Andrews), un niño que llega de los Estados Unidos, y -más precisamente- el enamoramiento del pequeño protagonista ante la encantadora madre de su compañero, la Mariana del título (Elizabeth Aguilar). El despertar sexual y la ternura aparecen, así, de manera cuestionadora y provocadora, con una mirada agridulce que jamás resulta demagógica ni concesiva. Ese es el eje dramático de un film que describe con inteligencia y profundidad el espíritu de ambas épocas, sobre todo la de aquellos años 40 con sus diferencias de clases, sus prejuicios, sus miserias burguesas (familias disfuncionales, doble moral, infidelidades), su racismo y xenofobia, su corrupción empresarial y política, y la particular relación de amor-odio con los Estados Unidos. Cabe destacar que este film -consagrado en los Premios Ariel de 1988 con ocho estatuillas- iba a ser dirigido por José “El Perro” Estrada, pero el realizador falleció pocos días antes del inicio del rodaje y fue reemplazado por Alberto Isaac (el mismo de Las insurrectas), quien mantuvo los principales lineamientos de Estrada y convirtió a Mariana, Mariana en un largometraje insoslayable del cine mexicano de la década de 1980. Por Diego Batlle, de OtrosCines.com, para Retina Latina

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