La clara y oscura

Salango es una pequeña parroquia al sur de Manabí. Lo que esta tierra significa para Ecuador, sin embargo, es enorme. Su nombre se asocia con el legado precolombino de las culturas Manta Wancavilca, las ballenas jorobadas que llegan cada año para aparearse, la isla homónima y sus arrecifes coralinos, la gran riqueza de la fauna marina. Es ahí, en uno de los lugares con mayor patrimonio arqueológico y ambiental de nuestro país, donde opera desde hace 35 años la procesadora de harina de pescado Polar. Lo que no emerge de las postales idílicas de la zona es el olor nauseabundo que contamina el aire, el retrato de la gente enferma por los desechos tóxicos de la fábrica, el repugnante humo negro que fluye al mar directamente desde el ducto de la procesadora. Por eso es la lucha de los pocos miembros de la comunidad que no han claudicado y exigen que la Polar se vaya.