Un brinco pa’ allá, de Dominique Jonard
16
Jun
2016
Este cortometraje dirigido por el realizador francés Dominique Jonard –residente en México desde hace décadas–, que cuenta con la participación creativa de varios niños de escuelas mexicanas y estadounidenses, respectivamente de Tijuana y San Diego, no ha perdido su vigencia.
Este cortometraje dirigido por el realizador francés Dominique Jonard –residente en México desde hace décadas–, que cuenta con la participación creativa de varios niños de escuelas mexicanas y estadounidenses, respectivamente de Tijuana y San Diego, no ha perdido su vigencia. ¿Quién puede desmentirlo? Han pasado 16 años y el deseo de muchos mexicanos por emigrar a los Estados Unidos en busca de un paraíso materialista parece intacto.
En este film que respeta enteramente el entendimiento de los niños acerca del tema, su protagonista Don Ramón toma la decisión de ir “al otro lado”. Para eso trabaja un mes recolectando hortalizas en un campo cercano a la frontera y emprende luego el viaje al país de la abundancia junto con otros compatriotas. Lo que empieza como un relato naturalista siguiendo la lógica visual propia de un cómic adquiere un golpe de sorpresa narrativo cuando el concepto de “otredad” (los mexicanos en la mirada de los gringos) es intervenido humorísticamente y sustituido por el de “alienígena”, en un giro magnífico del relato que aliviana la trama y a su vez la complejiza sin darle la espalda a la audiencia infantil. ¿Cine político para niños? He aquí una legítima evidencia.
La sensibilidad de Jonard se puede verificar en la forma en la que se apropia (sin traicionar) de los elementos que han sugerido los niños de las escuelas mencionadas. Si el dibujo parece rudimentario, dada la falta de perspectiva y su índole plana, es menester asociarlo a la expresividad infantil; de hecho, la textura del dibujo traduce coherentemente el imaginario de los niños. En ese sentido, que las voces de los personajes sean de niños –incluso cuando los personajes son adultos en el relato– es otro de los aciertos de la película, al igual que el pasaje en el que las patrullas estadounidenses en la frontera apenas pueden articular alguna oración inteligente. No está mal restarles voz a los que representan el poder y reprimen en su nombre.
Por Roger Koza, de OtrosCines.com, para Retina Latina